Las afiliadas a la Internacional de Servicios Públicos representan a cientos de miles de trabajadores auxiliares de la educación y cultura en todo el mundo, muchos de los cuales trabajan sin una seguridad laboral, sin una remuneración y unos beneficios justos, o sin el reconocimiento de que sus servicios son esenciales para garantizar una educación pública de alta calidad y el acceso a la cultura para todos los ciudadanos. Los empleos de estos trabajadores se encuentran en primera línea de la lucha contra la privatización y la precarización en el sector de la enseñanza y la cultura, y muchos de estos trabajadores tienen problemas cuando persiguen su libertad básica para formar un sindicato y negociar colectivamente los términos y las condiciones laborales.
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