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Este fue el mensaje principal que transmitió la secretaria general de la PSI, Rosa Pavanelli, a los delegados y delegadas presentes en el 7º Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, celebrado del 14 al 16 de mayo en Estocolmo (Suecia). Participaron en el Foro unos 900 representantes de gobiernos, sociedad civil, organizaciones internacionales y expertos. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, pronunció el discurso central de este encuentro mundial de alto nivel.
Pavanelli tomó la palabra en la Mesa redonda sobre Migración laboral, convocada en el Espacio Común, que examinaba el tema de las alianzas para promover una migración laboral decente y el empleo decente. Entre los oradores se encontraba Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo y representantes de los gobiernos de Canadá y Sri Lanka, así como de organizaciones representantes de empleadores y compañías.
En nombre de la PSI y de los Sindicatos Mundiales, Pavanelli alabó la ampliación del Espacio Común entre los gobiernos y la sociedad civil, donde los sindicatos están reconocidos por su papel como representantes de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Esta ha sido la primera vez que el Foro Mundial invita a los interlocutores sociales a un diálogo con los gobiernos sobre el tema de la migración laboral.
El 90% de los 232 millones de migrantes internacionales estimados hoy son trabajadores/as, lo cual convierte la migración laboral en un tema clave dentro del debate mundial sobre la migración y el desarrollo. Otro de los temas fundamentales examinados en el Foro es la migración en el marco del debate sobre la Agenda de Desarrollo de la ONU post-2015.
Pavanelli destacó tres cuestiones fundamentales para el movimiento sindical.
En primer lugar, que los derechos humanos constituyen un eje central de cualquier debate sobre la migración laboral. Los Convenios de la OIT C97 y C143 sobre trabajadores migrantes y el Convenio de la ONU sobre Trabajadores Migrantes constituyen el marco general para una migración laboral basada en los derechos. Otros instrumentos como el Convenio de la OIT sobre Trabajadores Domésticos y la Recomendación general Num. 26 del Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) disponen también normas que propician la reducción de la vulnerabilidad de las mujeres migrantes, la promoción de sus derechos y su empoderamiento. Pavanelli instó a los gobiernos, con carácter urgente, a asumir su responsabilidad y a ratificar e implementar dichos convenios. Los sindicatos, en colaboración con la sociedad civil, están decididos a continuar esforzándose enérgicamente para organizar a los trabajadores y trabajadoras migrantes, defender sus derechos y supervisar la transparencia de los estados en materia de derechos, en especial a enfrentar las prácticas abusivas que se dan en el sector de la contratación de mano de obra.
En segundo lugar, Pavanelli destacó la necesidad de una nueva agenda de desarrollo. El proceso post-2015 ofrece la oportunidad de aprender de los errores del modelo económico actual. Es necesario cambiar el actual paradigma por uno que promueva un enfoque holístico del desarrollo, en pro de personas y sostenible. El debate sobre migración y desarrollo debe tener como eje la creación de empleos decentes, tanto en los países de origen como en los de destino. Los trabajadores y trabajadoras migrantes no pueden ser tratados como la panacea para solucionar la escasez de mano de obra en el mercado laboral, para responder a los cambios demográficos o ser tratados como mercancías en los acuerdos comerciales, es decir, como estrategias para reducir los costos laborales. Es vital abordar la raíz de las causas de la migración. Los estados deben asumir la responsabilidad esencial de crear empleos decentes, ofrecer servicios públicos de calidad y protección social, a través de fondos públicos y un sistema tributario equitativo. Dentro de la Agenda post-2015, la migración es una cuestión transversal que debería integrarse en tres de los objetivos de desarrollo, para lograr el pleno empleo y el trabajo decente, la protección social universal y la igualdad de género.
Y, en tercer lugar, Pavanelli destacó la necesidad de un marco multilateral sólido de gobernanza para la gobernabilidad de la migración internacional, que dote de coherencia y propicie la aplicación efectiva de las normas y criterios relacionados con los derechos humanos. Es preciso materializar la Declaración del Diálogo de Alto Nivel de la ONU, que aboga por promover los derechos de los migrantes, desarrollar una agenda de desarrollo inclusiva y mejorar la gobernanza multilateral. Para la gobernabilidad de la migración laboral resultan fundamentales la estructura tripartita de la OIT y su función normativa, ya que permiten abordar los derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes, además de mejorar el tripartismo y el diálogo social, en alianza con la sociedad civil y otras partes interesadas.