Estrategias de prevención de la resistencia a los antimicrobianos

Uno de los principales temas que se discutieron, y al que se había especialmente invitado a la CSC a aportar sus contribuciones, fue la evaluación económica de las estrategias de prevención de la resistencia a los antimicrobianos (RAM).

La resistencia a los antimicrobianos es un fenómeno que se está agravando seriamente y que se produce cuando los microorganismos que causan las enfermedades desarrollan la capacidad de resistir a los efectos de las medicinas que hasta el momento se utilizaban con éxito para su tratamiento. Incluye la resistencia a los antibióticos, que es una de las formas más habituales de RAM.

La Comisión de la Salud de la OCDE señaló que la creciente incidencia de la RAM es motivo de preocupación para la salud a nivel mundial. Ha dado lugar al empeoramiento de los efectos de las enfermedades infecciosas y también pone en peligro los procedimientos médicos modernos como los trasplantes de órganos, la quimioterapia y la cirugía invasiva, que dependen de la eficacia de los antimicrobianos.

Aunque el fenómeno obedece en parte a la mutación, que se produce espontáneamente como una selección natural, una de las principales razones del aumento del desarrollo de los mecanismos de resistencia a los medicamentos por parte de los microbios patógenos es la mala utilización de los medicamentos antimicrobianos. Tal como observó la Comisión de la Salud: “Los antimicrobianos son algunas de las medicinas que más se utilizan en exceso e incorrectamente debido a su bajo coste, a su eficacia percibida y a la ausencia de efectos secundarios”. Esto incluye el uso de antimicrobianos en animales que han sido vinculados a las enfermedades humanas.

Entre las propuestas de estrategias de intervención se incluyen: los programas de promoción de la buena utilización, aplazar el uso de los antimicrobianos, mejorar la higiene de las manos y la realización de campañas en los medios de comunicación de masas. La ISP/CSC compartieron las preocupaciones de la Comisión de la Salud de la OCDE, respaldaron las estrategias que propuso y aportaron sugerencias para fortalecerlas.

Una sugerencia es afianzar el diálogo social en la elaboración y ejecución de los Programas de Optimización del uso de Antimicrobianos (PROA). Los PROA conllevan formar y persuadir sistemáticamente a los trabajadores de la salud que recetan medicamentos antimicrobianos para que sigan el principio de la prescripción basada en evidencias, con el fin de poner fin al uso excesivo de estos medicamentos. Las directrices para regular el uso de estos antimicrobianos han sido establecidas por un amplio abanico de profesionales a través de los programas, junto con los comités de los PROA establecidos en los centros de salud.

Los sindicatos pidieron la generalización de dichos comités sobre una base bipartita que incluyera a los profesionales de la salud que representan a los sindicatos de la salud y a los administradores.

Los sindicatos también pidieron que se incrementara el uso de las vacunas en sustitución de los medicamentos antimicrobianos cuando fuera posible. Los microorganismos no desarrollan una resistencia a la vacunas porque una vacuna estimula el sistema inmunitario del cuerpo, en comparación con los antibióticos, que actúan fuera del sistema natural de defensa del organismo. En este sentido, la ISP/CSC también hicieron referencia a la necesidad de desarrollar nuevos medicamentos.

En la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron nuevos antibióticos a tiempo para detener la resistencia bacteriana. El aumento del conocimiento científico y la expansión de los antibióticos genéricos también ayudaron a bajar los precios de los antibióticos. Pero en el siglo XXI, los esfuerzos de investigación y desarrollo para suministrar nuevos antibióticos han disminuido considerablemente. Esto se debe en gran medida a que las grandes corporaciones farmacéuticas ya no consideran que sea rentable invertir en los antibióticos.

Éste es un ejemplo claro de poner el lucro por encima del pueblo. Los gobiernos tienen que generar un nuevo afán de investigación y desarrollo para que se puedan suministrar nuevos medicamentos sumamente necesarios como parte de una estrategia global y general contra la resistencia a los antimicrobianos.