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Las Naciones Unidas señalan que el 70% de las mujeres en el mundo se enfrenta a alguna forma de violencia durante su vida y que estas mujeres muy a menudo se culpan o se castigan a sí mismas. Las desigualdades basadas en el género continúan negando a las mujeres la participación en la toma de decisiones que afectan a sus vidas. La violencia doméstica es la forma más extendida de violencia que afecta a las mujeres y los matrimonios forzados de mujeres jóvenes y niñas, la violación y los asesinatos a manos de sus esposos todavía se infligen a las mujeres cada día con impunidad. La discriminación y los delitos motivados por el odio relacionado con la orientación sexual también son frecuentes en todo el mundo.
Debemos señalar el aumento preocupante de las campañas de terror contra mujeres dirigentes sindicalistas, como en Colombia y Guatemala. Es doblemente vergonzoso que la ley sobre el feminicidio en Guatemala se utilice de manera errónea para atacar a sindicalistas. Esto significa que una buena ley no se utiliza para proteger a las mujeres, sino para atacar a los/las sindicalistas y los derechos de los trabajadores.
La violencia en el trabajo, ya sea sexual, física o psicológica, ocurre en todas partes y debe detenerse. “Los/las trabajadores/as del sector público se encuentran en una buena situación para promover y aplicar leyes y normas que fomentan la igualdad de género y la protección contra la violencia y el acoso. Los servicios públicos de calidad a menudo son la única protección y apoyo con los que cuentan las mujeres en esta situación. La violencia contra las mujeres genera desigualdad, lo que afecta al bienestar de las generaciones presentes y futuras. La violencia y su amenaza niega a las mujeres sus derechos humanos básicos”, dice Rosa Pavanelli, Secretaria General de la Internacional de Servicios Públicos.
Los derechos de las mujeres son un tema fundamental para el movimiento sindical y están conectados con acciones relativas a la salud, la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. En marzo de 2013, la Comisión de las Naciones Unidas de la Condición Jurídica y Social de la Mujer aprobó las conclusiones convenidas sobre la eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, que reafirma la Declaración de Beijing y otros instrumentos internacionales. Los gobiernos han contraído muchos compromisos en el pasado que no han llevado a resultados concretos. Con demasiada frecuencia, los puntos de vista culturales, religiosos o políticos se utilizan para bloquear la igualdad de género. Es necesario adoptar medidas urgentes para reforzar y acelerar la aplicación, que actualmente es demasiado lenta e irregular.
“Poner fin a la violencia contra las mujeres es una cuestión de vida o muerte. No es aceptable que cada día mujeres de todo el mundo sean golpeadas, violadas y asesinadas. La brutalidad y la desigualdad deben terminar. Los estados deben proporcionar medidas adecuadas para prevenir la violencia y proteger a las mujeres amenazadas, enjuiciar a los autores, asesorar y sensibilizar para cambiar la mentalidad de la población. Se deberían ofrecer centros de acogida a las mujeres que han sufrido abusos y es inaceptable que se hayan eliminado estos servicios en muchos países debido a las políticas de austeridad. Necesitamos un compromiso firme de los estados para poner fin a la violencia contra las mujeres”, dice Pavanelli.
La ISP y nuestras afiliadas pueden trabajar juntas y con organizaciones de la sociedad civil para romper el silencio y movilizar contra la discriminación y la violencia en nuestros lugares de trabajo y sociedades. Esto puede incluir medidas en convenios colectivos que presionen a los gobiernos a hacer cumplir las leyes, proporcionar los recursos necesarios para asistir a las víctimas y formar a las autoridades judiciales y la policía para tratar adecuadamente las cuestiones relativas a la violencia contra las mujeres y niñas. Asimismo, apoyamos iniciativas como la Campaña del Lazo Blanco que se centra en la prevención de la violencia a través de la educación de hombres y niños y su participación en la lucha por la igualdad de género.
Pedimos a todos los miembros de las afiliadas de la ISP, hombres y mujeres, que se comprometan a poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en sus lugares de trabajo en todo el mundo.
Los sindicatos están lanzando campañas y organizando actividades en todo el mundo. Algunas actividades planeadas:
Por favor, envíen informes sobre sus actividades a equality@world-psi.org
Más información: