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El sindicato de trabajadores/as públicos de la Ciudad de México logró alcances históricos en lo que concierne derechos laborales y protección de servicios públicos en la Constitución de la Capital federal

24 Mayo 2017
Cuidad de Mexico
El pasado 5 de Febrero 2017, el Gobierno de la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo, y capital del Estado Federal de México, promulgaba su Primera Constitución que será vigente a partir del 17 de septiembre del 2018.

Es el resultado de un proceso legislativo de la Asamblea Constituyente que duró cuatro meses y medio, bastante excepcional para una ciudad, que cubre los derechos humanos de todos los habitantes de la Capital federal. El Sindicato único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), afiliado a la ISP y Miembro de la Red Mundial de Trabajadores/as de Gobiernos Locales y Regionales de la ISP ha sido un actor esencial y ha dado un gran impulso al movimiento que llevó a la creación de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México y que resultó en la incorporación en el texto final de importantes avances a favor de los trabajadores/as de la capital federal y del movimiento sindical público y municipal. El Presidente del SUTGCDMX, Juan Ayala Rivero, participó en la Asamblea Constituyente, elegido como Miembro por voto popular.  

La ISP entrevistó a Juan Ayala Ribero sobre el proceso y los importantes alcances logrados.

Juan Ayala Rivero destaca los importantes alcances a favor de los trabajadores/as y movimiento sindical público y municipal obtenido por el SUTCGDMX en el texto final de la Primera Constitución de la Ciudad De México.


ISP: ¿cuáles son los alcances más importantes que como movimiento sindical lograste inserir en la Constitución de la Ciudad de México y que van a beneficiar los trabajadores/as?

JAR: Nuestra organización sindical participó activamente en el proceso constitucional y fuimos miembros de la asamblea constituyente por elección popular y con la participación de los trabajadores y trabajadoras. Esto nos permitió traer muchas de las prestaciones que ya teníamos en convenios colectivo negociados con el Gobierno local dentro de la constitución, subirlos desde una ley terciaria (de convenios colectivos) a una ley primaria (constitucional) que es de carácter obligatorio. Dentro del texto visualizamos a los trabajadores y trabajadoras en todos los términos: obreros, campesinos, no asalariados, informales, externalizados, empleados públicos y autónomos, todos están nombrados bajo esta nueva Constitución, que es justiciable, exigible, y sancionable por la Corte Constitucional. Entre los alcances, hay lo de la prestación de licencia de maternidad para las trabajadoras, que ahora, bajo la nueva constitución, pueden tener un descanso adicional de 4 meses y medio con respecto a lo mínimo que marca la ley federal (3 meses) con el 100 por ciento del salario para un total de 7 meses y medios con pago lleno.

Esto les permite a las mujeres trabajadoras primero de tener el tiempo y el descanso necesario para amamantar naturalmente - una práctica científicamente reconocida como una medida importante de protección y prevención de enfermedades del bebe a través de la leche materna. Segundo, este plazo es fundamental porqué permite el acercamiento de la mamá con el hijo o hija; y tercero porqué cuando la madre tenga que dejar el niño para regresar al trabajo el niño, ya estará caminando y podrá dejarlo a la guardería y en ese sentido tenerlo más seguro, más estable. Durante los 2 años de vigencia de los nuevos convenios colectivos ya más de 15,000 trabajadoras pudieron beneficiar de esta prestación qua ahora se garantizará a nivel constitucional a todas las trabajadoras de Ciudad de México. Además, se incluyó una prestación para garantizar permiso de paternidad hasta a 1 mes a los padres para que participen plenamente en el momento del nacimiento y hasta 10 días en caso de enfermedad del niño.

A los trabajadores no asalariados (quienes no tienen un salario fijo y piden propinas) a quienes se le reconoce su existencia en la Constitución y se le da un rango para facilitar su formalización para que tengan acceso a una base esencial de seguridad social, aunque no conseguimos garantizarle un derecho a una pensión de jubilación como es el caso para los informales, por la férrea oposición de los partidos oficiales. En el caso de los informales si ellos tienen acceso a un seguro de jubilación tras cotizaciones.

Además, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Doctor Miguel Ángel Manzera, quiso establecer en la nueva constitución un salario mínimo de 82.86 pesos/día que se aplica a todos los trabajadores del sector públicos y privado en la Ciudad de México. Nosotros argumentamos para un salario no mínimo, sino vital y más alto, y demostramos que eso no causa inflación como muchos opositores argumentan, tanto que al final uno de los gremios empresariales (Coparmex) propuso dar 89.10, aunque otras organizaciones empresariales se opusieron. Pero la oposición mayor a un salario mínimo de vida no vino de los empresarios sino del Gobierno Federal de México que a nivel nacional lo ha fijado a 70.10 pesos/mes. Por eso es fundamental el empuje del movimiento sindical municipal para ir más allá de las comunidades locales y regionales, de lo que se hace a nivel nacional.

Conseguimos igualmente incluir cláusulas de exclusión de cualquier forma de privatización de los servicios públicos, que se reconocen como pertenecer a toda la ciudadanía. Así, se ha excluido toda participación de capital privado o privatización tras alianzas público-privadas (APP) o acuerdos comerciales como TISA o TPP. Se reconoce que el agua es un derecho humano irrenunciable y no negociable y que la Ciudad de México tiene que garantizar agua para todos sus ciudadanos.

Estamos trabajando hoy un escalafón virtual digital y adaptable para subir el sueldo de trabajadores municipales con ingresos bajos. Vamos a hacer una evaluación de 10365 compañeros/as para ser promovidos a un 15-25% más de salario que traería un beneficio de 34,000 trabajadores/as en una sola acción.

ISP: ¿Qué estrategias adoptaste para llegar a estos alcances?

JAR: La verdad es que se trató de un trabajo constante de toda una organización que se ha movilizado y dedicado a cambiar una forma de hacer sindicalismo. Ya habíamos establecido un diálogo constructivo con el  Gobierno de la Ciudad de México y su Jefe, Doctor Miguel Ángel Manzera durante las negociaciones de los Convenios colectivos del sector público municipal, y fuimos más allá exponiendo y demostrando de manera concreta que hay ventajas para toda la ciudad, sus partes sociales y comunidades – no solo para los trabajadores/as - de subir herramientas sociales y laborales a nivel constitucional y que ayudarían a hacer de la capital federal una ciudad más justa e inclusiva.

El trabajo que hicimos con la ISP, sus pautas políticas y el hecho de haber entendido los desafíos de los sindicatos públicos de todo el mundo dentro de sus foros han sido elementos muy útiles para desarrollar nuestras propias propuestas concretas, formularlas, adaptarlas a nuestras realidades locales y negociarlas dentro de nuestros Convenios y de la Asamblea Constituyente. Nos preocupa mucho la ola de privatizaciones de servicios esenciales que está ocurriendo en muchos países que tradicionalmente eran ejemplos de defensa y promoción de servicios públicos, sobre todo en Europa.

No se puede olvidar que la Ciudad de México es solo una parte del país, que agrupa a 24 millones de habitantes dentro de un total de 122 millones a nivel nacional. Hay mucha resistencia del Estado Federal de México, que no está favorable a que otras ciudades o distritos mexicanos salgan de su control político.  

ISP: ¿Cómo se va a financiar todas estas prestaciones que conseguiste, qué acuerdos y compromisos hay en este sentido por parte del Gobierno de la Ciudad de México?

JAR: No es nuestra intención que las prestaciones otorgadas a los trabajadores bajo la nueva constitución se vayan financiando a través de una subida de los impuestos, no nos parecería correcto ni democrático. Pero estamos retomando posesión de varios recursos que ya se tenían para los trabajadores que estaban escondidos, guardados y no utilizados para ellos. Hicimos un análisis previo e interno del presupuesto público de la ciudad, y después desarrollamos un análisis conjunto con el Gobierno. Estamos reajustando la parte financiera, optimizándola y promoviendo un buen manejo de las finanzas públicas para poder dar un financiamiento sustentable a estas prestaciones laborales y sociales que están ahora bajo la Constitución de la Ciudad de México. Como sindicatos necesitamos asumir un papel de asesoría del buen manejo de las finanzas públicas. Para eso, es muy importante no deberle nada al Gobierno y guardar esta misma responsabilidad y transparencia en el manejo de los recursos de nuestra propia organización sindical.

ISP: Muchos de los sindicatos de gobiernos locales y regionales/municipales en el mundo luchan cotidianamente para conseguir el cumplimiento de los derechos laborales fundamentales, ser reconocidos por las autoridades públicas y abrir mesas de negociaciones. ¿Cuáles serían tus recomendaciones para que estas organizaciones hermanas tengan éxito?

JAR: Tengo dos. En primer lugar, cabe recordar que a veces los sindicatos nos casamos con la idea de poder apoyar un gobierno de manera indefinida y cuando este gobierno se va, y viene otro distinto, casi siempre hay un choque. Pero eso no puede ser en el largo plazo porque todos los gobiernos vienen y van, y siguen ciclos políticos. Nosotros reconocemos a los gobiernos que trabajan con nosotros, pero no nos casamos con ellos. Por eso creemos que es importante aprovechar de momentos favorables para darle verticalidad a los derechos, garantizarlos, cristalizarlos en el largo plazo como en este caso donde los subimos a nivel constitucional, para que ya no sean más sometidos a las variaciones de las orientaciones políticas de los gobiernos que vendrán. Y además es fundamental para el sindicato y los trabajadores mismos de asumir el papel de asesores del cumplimiento de los compromisos y en este caso de garantes de la constitución.

Segundo, me parece fundamental que como organizaciones sindicales no seamos paternalistas, sino que guardemos el contacto directo con nuestros miembros de base de manera diaria y constante, les activemos con el debate participativo, con el fomento y capacitación del liderazgo, sobre todo de las mujeres, para que sean ellos y ellas los actores protagonistas del cambio. Nuestra dirigencia no se queda en la oficina sino en el terreno, codo a codo con los trabajadores y trabajadoras donde se encuentran los problemas. Es también una responsabilidad fundamental del sindicato informar a los trabajadores y a la opinión pública de la manera más amplia posible para fortalecer la base y democratizar el poder. Como somos seres humanos siempre podemos equivocarnos, pero cuanto más estamos cerca del trabajador y de la trabajadora tanto más podemos corregirnos y hacer las enmiendas necesarias para mejorar nuestro trabajo sindical y acercarnos de los éxitos que queremos conseguir colectivamente.

Documentos para descargar:

Artículo preparado con la contribución de la SUTGCDMX

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