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Declaración de la ISP sobre el síndrome respiratorio de Oriente Medio (SROM) en Corea

22 Junio 2015
Korean unionists demonstrate against the government's lack of action on the MERS outbreak
La federación global de sindicatos, Internacional de Servicios Públicos (ISP), representante de 20 millones de trabajadores y trabajadoras en 160 países, expresa su consternación e indignación por la respuesta totalmente inaceptable del gobierno de Corea ante el estallido del síndrome respiratorio de Oriente Medio (SROM).

La Secretaria General de la ISP, Rosa Pavanelli, insta al gobierno coreano a adoptar todas las medidas necesarias para proteger la salud pública y al personal sanitario del sector público:

 “Corea no es Liberia, no es Sierra Leona, no es Guinea. Corea tiene recursos para proteger a su población y a los trabajadores y trabajadoras que prestan atención sanitaria en primera línea, pero también al personal encargado de recibir a los viajeros procedentes del extranjero, del transporte público y de prestar otros servicios de los que depende la población para su vida diaria. La miopía del gobierno al imponer recortes en los fondos del sector de la sanidad está costando vidas. Se está demostrando que la privatización de los servicios de salud constituye una amenaza para la protección de los trabajadores y trabajadoras”.

La Unión Coreana de Trabajadores Médicos y de la Salud y la Unión Coreana de Trabajadores de Transporte y Servicios Públicos están intentando desesperadamente que el gobierno enfrente los peligros que plantea el SROM. Los recortes y la privatización de los servicios sociales y de salud están afectando la calidad de la atención. De hecho, las 164 personas infectadas por el virus —23 de las cuales ya fallecieron— contrajeron las infecciones en los propios centros de salud. Tres hospitales se han cerrado parcialmente y dos del todo, con pacientes y personal médico dentro.

Esto demuestra que la incapacidad para controlar el estallido esta enfermedad es responsabilidad del gobierno. Los trabajadores y trabajadoras carecen del equipo de protección adecuado para protegerse a sí mismos y frenar la propagación del virus. Dado el nivel de personal de enfermería, significativamente inferior a la media de la OCDE, y la carencia de equipos adecuados en los centros de salud públicos, resulta imposible ofrecer el nivel de atención y adoptar las medidas preventivas imprescindibles para contener la propagación de la enfermedad. El gobierno excluyó de las medidas de prevención al personal de atención sanitaria contratado informalmente y al personal subcontratado en hospitales y por eso están contrayendo el virus. Para frenar el SROM a corto plazo y fortalecer el sistema sanitario coreano del futuro no hay más opción que aumentar el nivel de personal y contratar de manera directa y permanente a todos los trabajadores y trabajadoras del hospital.

Gail Adams, responsable de la sección de enfermería del sindicato británico UNISON expresa su apoyo a los sindicatos coreanos:

“UNISON acaba de acoger una reunión de la ISP de sindicatos y especialistas que abordó la cuestión de la ratio personal-paciente en la sanidad. Todas las pruebas sostienen que el nivel de personal es fundamental para mejorar los resultados sanitarios, especialmente en el caso de enfermedades infecciosas como el SROM o el ébola. Cuanto menos personal cualificado, más infecciones y más muertes, tanto entre la población como entre el personal sanitario”.

María Castaneda, Copresidenta del Grupo de Trabajo Global sobre Emergencias y Catástrofes y Secretaria-Tesorera del sindicato estadounidense 1199 SEIU United Healthcare Workers East, advierte:

“En Nueva York, nuestro sindicato reclamó, y ya está participando, en una estrategia global para abordar las catástrofes, incluidas las epidemias, en todos los hospitales, dotados de comités de sindicato-gerencia. Es imprescindible integrar en la planificación los conocimientos y preocupaciones del personal que está en primera línea, tanto en la respuesta a las amenazas como para estar mejor preparados ante la siguiente crisis inevitable. Se trata de una estrategia aplicable a todos los países, independientemente del nivel de desarrollo, que tendrá como resultado una respuesta mucho más eficaz frente los brotes epidemiológicos y catástrofes”.

 

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