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Todos estos cambios tienen unas consecuencias negativas significativas sobre la salud psicológica de los miembros de la Alianza del Personal Profesional y Técnico de la Salud y los Servicios Sociales (APTS) y de otros sindicatos. Una encuesta realizada a 7.000 técnicos y tecnólogos de la salud confirma nuestros peores temores: la continua reorganización está abrumando a nuestros miembros. Los trabajadores sociales, los terapeutas ocupacionales, los psicólogos y los fisioterapeutas, entre otros, están sometidos a una presión sin precedentes. El 60% de ellos indicó en la encuesta que tenía un índice de ansiedad alto o muy alto. Y el 35% señaló que había faltado a su trabajo varios días en los últimos doce meses por motivos psicológicos.
Además, el 60% de los profesionales afirma que se ha visto perjudicialmente afectado en su trabajo a causa de las reestructuraciones llevadas a cabo en el sistema de los servicios sociales y de la salud. El 60% de los encuestados también lamentó la escasa influencia que tiene sobre su profesión, mientras que el 65% opinó que no disponía de suficiente tiempo para realizar su trabajo correctamente.
Los sucesivos gobiernos no miden suficientemente el alto coste humano de sus políticas. La lucha contra el déficit va demasiado a menudo en detrimento del personal, que finalmente acaba derrumbándose al tener que compensar la no sustitución de sus compañeros que se han jubilado y la eliminación de puestos de trabajo. La APTS trabaja sin descanso para garantizar que el gobierno se responsabilice de esta insostenible situación en la que se encuentran sus miembros.
La APTS pide al gobierno de Quebec que escuche a los técnicos y profesionales que proporcionan servicios a la población y conocen sus necesidades. Los miembros de nuestras comunidades merecen recibir los mejores servicios posibles, especialmente en el contexto de envejecimiento de la sociedad de Quebec.
Hay que adoptar unas medidas estructurales que garanticen que la ansiedad psicológica de los empleados del sector se minimice al máximo, para que puedan prestar unos servicios de calidad excepcional. Para ello, hay que poner fin a todas las reestructuraciones que perturban indebidamente al personal y el gobierno debería reinvertir en servicios directos para la población para renovar el dinamismo del sector.
Es por esta razón que, en los próximos meses, la APTS tiene la intención de garantizar que el gobierno respete su Plan de Acción para la Salud Mental 2015-2020, que prevé el establecimiento de unas condiciones de trabajo y unas prácticas institucionales que promuevan la salud mental del personal.